jueves, 20 de octubre de 2011

Papá, Mamá, quiero ser publicista

Quizás algunos ya conozcan esta historia, pero de todas formas la voy a contar, para aquellos que la quieran recordar conmigo y para aquellos que la quieran leer. No es más que la historia de cómo empezó mi sueño de ser publicista, y más adelante descubrir mi auténtica vocación por ser copy.

En realidad, aunque de pequeña dijera que quería ser veterinaria (adoro a los animales) más adelante lo pensé mejor porque, además de que se me daba fatal la ciencia, no quería sacrificar a ningún animal en el caso de que fuera necesario (siempre tan sentimental...). Desde pequeña, yo ya llevaba dentro el gen publicista, aunque no lo supiera hasta más adelante cuando conocí la existencia de mi Licenciatura. Yo ya contaba con esa curiosidad, esa vocación de inventar cosas y aumentar mi capacidad de soñar con ellas. En mi casa son muy conocidos mis inventos de "Profesor Bacterio" como los llamaba mi madre.

Profesor Bacterio, de Mortadelo y Filemón

Si un día me apetecía tocar la guitarra, no le decía a mis padres que me compraran una, sólo les pedía una caja de zapatos y cualquier cartón que tuvieran de sobra, y ¡¡Voilá!! ya tenía mi guitarra, un agujero en la caja, unas cuerdas hechas con gomas, y ... ¡cómo sonaba!, era melodía para mis oídos. En cambio, si otro día me apetecía irme de acampada, sólo tenía que abrir todos los paraguas de mi casa y ponerlos de tal manera, que fuera una auténtica tienda...que ya quisieran las Quechua!! (nota: era el mejor sitio para comer chocolate a escondidas).


Y si quisiera, podría seguir escribiendo otros muchos inventos, pero bueno, a lo que íbamos. Yo ya tenía la vocación dentro, pero no conocí la profesión hasta que estuve en 2º de Bachillerato, donde un día por casualidad, llegó a mis manos un folleto donde, en función de tus características personales, te recomendaban una formación. ¡¡Yo era el perfil perfecto!! Por fin sé qué es lo que he querido ser siempre pero no le ponía nombre. Papá, Mamá, quiero ser publicista. Por supuesto, me animaron completamente a ello una vez que les expliqué en qué consistía, estaba claro que era mi profesión. De hecho, era lo único que quería estudiar, si no sacaba ese glorioso 7,12, me quedaba fuera.

Pero evidentemente, no fue así. Entré en la Fcom (como la llamamos los compis) y pasé allí los mejores 5 años de mi vida con compañeros de lo mejorcito que hay (un saludo a la Generación Lámpera). A partir de 2º, creo recordar, empecé a ejercer en los equipos de trabajo como Copy (ideas y redacción de contenidos publicitarios por si alguien no lo sabe) y desde entonces, es lo que más me gusta hacer (aunque no me cierro a otras cosas, que conste).

Ahora, más que nunca, sé que nací para esto, lo que pasa que no me dejan demostrarlo profesionalmente, arrrg!! porque la cosa está muy mala y nadie contrata a nadie...en fin, seguiré inventando cosas para que mi mente no se duerma y esté siempre soñando con que algún día, seré una gran publicista.

2 comentarios:

  1. me ha emocionado muchísimo, sobre todo el final. quiero recordarte ese momento en clase de mgarri en que vimos las diapositivas y dijiste: ¡esto es lo que yo quiero ser! ¡copy-redactor!

    justo una diapositiva antes, en la página anterior de las fotocopias (ya conoces mi memoria fotográfica), encontré lo que significaba ser de cuentas. y dije: ¡esto es lo que yo quiero ser!

    y aquí estamos... las dos con los perfiles más claros del grupo, creo yo.

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