miércoles, 9 de mayo de 2012

Una píldora para evitar el contagio pesimista


Ahora mismo, tal y como estoy, con el portátil sobre las rodillas, acabo de tener una reflexión que me gustaría compartir con todos vosotros. Es posible que no sea una novedad pero me ha hecho sentirme mejor. Muchos de nosotros, estamos como locos buscando un trabajo, algunos para hacer frente a los gastos de un hogar o para poder tener esos gastos de una vez por todas, otros para que no les sobre mes al final de la paga de sus padres o simplemente, porque llevamos toda la vida estudiando, aprendiendo, y queremos pensar que nos ha servido para algo. Pues bien, hasta ahí creo que todos de acuerdo. Pero aquí viene mi reflexión. Cuando veo que pasa el tiempo, y sigo en desempleo, mi frustración crece y empiezan las dudas, ¿y si no valgo para esto?, nadie me quiere, nadie me llama, nunca tendré un trabajo… llegas a sentir que estás mendigando por cualquier cosa, te agarrarías a lo más mínimo, suplicarías porque alguien te diera una oportunidad, aunque sólo sean unos meses y con una retribución mínima, cual perrillo hambriento que espera a que caiga una miga de pan al suelo de algún transeúnte.

STOP
Pero hasta aquí hemos llegado. 

¡Basta ya a las empresas por aprovecharse de esto! Porque sí, está todo en crisis, pero también están explotando nuestras súplicas. Señores, hay gente muy válida ahí fuera que se merece oportunidades. La cuestión es, que a partir de ahora, voy a dejar de ser demandante de empleo para ser oferente de trabajo. Le doy un giro, una nueva forma de ver las cosas. Señores, basta ya de mendigar contratos basura, ofrezcamos nuestra miel. Se nos contrata porque ofrecemos nuestro trabajo, esfuerzo y compromiso, nadie nos está regalando nada, es más que merecido. Gracias al ofrecimiento de millones de personas, muchas empresas han llegado a ser grandes imperios. Estoy harta de ir a buscar empleo como si estuviera pidiendo un favor a la gente, cuando el favor, lo estamos haciendo nosotros. A muchos les parecerá una tontería, pero a mi me ayuda a no sentirme una m…da. Y sé que el entorno negativo aprieta, y que es verdad, que está todo muy mal, pero ahora es el momento de ser positivos y de salir ahí fuera sabiendo lo que valemos. Por favor, paremos este contagio colectivo pesimista… yo he estado a punto de caer.


¡SONRÍE! Es gratis



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